domingo, 23 de enero de 2011

CITA DE ANE DE EL MISTERIO DEL EUNUCO

(Pág. 8)

"-Claro que sí, Fernando. Pero quiero contarte una historia: después lo entenderás todo y sabrás por que te he dado la religión cristiana. Ya sabes que yo sirvo como médico a nuestro gran califa al-Haken casi desde que ocupó el trono. Hace catorce años, me asignaron para formar parte de una embajada que debía visitar al rey cristiano de León, Sancho I, que aún reina allí. Eran cuestiones de fronteras y todo se arregló bien. El viaje fue accidentado y penoso. De regreso, aún en territorio cristiano, una tormenta como la de esta noche nos cogió al oscurecer en medio de los campos. La comitiva iba mojado hasta los huesos y tenía prisa por llegar a algún poblado. Seríamos unos cincuenta hombres y nos mandaba un general. Y ¿sabes lo que ocurrió? De pronto oímos el llanto de un niño a unas varas del camino. Nadie hizo caso. A ningún parecía importarle que un niño llorase en aquellas soledades y con aquel tiempo. Yo me detuve para averiguar de dónde provenían aquellos berridos. “¡Vamos, continuad, señor!”, me gritó el general. Pero yo no le hice caso. Desvié mi mula del camino y me acerqué al lugar de donde salía aquel llanto desconsolado. Entre unos matorrales, algo se removía envuelto en una manta empapada: era un niño. Tendría pocos días, muy pocos… Aquel niño eras tú. ¿Ves esa cruz que cuelga de tu cuello? Ya la llevabas. También tenías al lado una bolsita de cuero."

OPINIÓN:
Me ha gustado esta parte por como se expresa con total sinceridad ante su hijo para contarle que no era su hijo verdadero sino que se lo había encontrado en la calle.

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